lunes, 3 de mayo de 2010

El dormitorio de mis primos

LUNES, 3 DE MAYO DE 2010.- Después de aquel verano de 1981 nada extraordinario sucedió en mi vida, todo regresó a la misma cotidianidad, absorto en mi otredad fuera de la convivencia que todo niño ordinario tiene, lejos de ser parte de un equipo deportivo e imposible pensar en la idea de que fuera a dormir a la casa de un 'amiguito'.

Iniciando 1982 aconteció algo que cambió nuestra dinámica familiar, intempestivamente tuvimos que irnos a la Ciudad de México a causa de una delicada operación que le realizarían a mi madre, por lo que nuestros estudios tuvieron que cambiar de aires.

Para no perder el año escolar, mi hermana y yo nos mandaron a Metepec, Estado de México, un poblado pintoresco y muy cercano a la capital de ese Estado así como del mismo Distrito Federal. Enclavado al pie de Nevado de Toluca, ir a la escuela resultaba en mis fantasías como entrar al valle de 'Heidi'.

Toda la semana corrió con normalidad. Por las mañanas ibamos a la Escuela Primaria y por las tardes, después de hacer las tareas, nos íbamos mi prima, mi primo, mi hermana y yo a recorrer las calles de la colonia en motocicleta.

Mis tios tenían cinco hijos y en su pequeña casa habían destinado un cuarto para los niños, otro para las niñas y la recámara matrimonial. Entonces al irnos a dormir eso significaba todo un relajo, pues mis primos eran muy inquietos a excepción del mayor que ya era un adolescente.

El primer fin de semana nos la pasamos jugando todo el sábado hasta morir. Por la noche, teníamos que bañarnos antes de dormirnos como era la costumbre en esa casa. Toda esa semana nos bañamos juntos mi primo y yo, con toda normalidad. Él me enjabonaba, después yo lo hacía. No pasaba nada en mi mente y ni un solo temor siquiera.

Mi primo mayor, Fernando, dormía en la litera superior. Mi primo con el que convivía mucho, Chuchín, dormía en la de abajo junto con el menor de toda la familia, Manolo. Desde nuestro arribo a la casa de mis tios, Manolo pasó a una cama improvisada de cuando él era bebé.

El caso es que ese sábado saliendo de bañarnos me metí a la cama, yo pegado a la pared como hasta la fecha es mi costumbre, dando la espalda a mi primo Chuchín. Alcancé a escuchar cuando entró a la recámara Fernando, recién bañado, y es cuándo le dice Chuchín "Fer, enseñale tu pipi a mi primo para que la vea que tan grande esta". De pronto un intenso calor me invadió y sentí que la nuca se me empezaba a poner dura. Yo fingí estar dormido y escuché con alivio a mi primo decirle molesto "Ya Chucho, ya mejor duermete si no le diré a Mamá que estas molestando".

Al día siguiente se repitió la misma acción como si fuera una letanía religiosa. Acción que se volvió a repetir al siguiente sábado, y luego el domingo, y nuevamente al sábado siguiente...y así subsecuentemente, hasta que en el último fin de semana que pasaría en Metepec se cambió el orden de las cosas.

Ese sábado fuimos mi prima, mi hermana, Chuchín y yo a un cerro que está por el centro de Metepec, escalamos hasta unas ruinas religiosas, jugamos mucho. Después, ya de regreso a la casa, llegamos cansadísisimos. Mi primo Fer se estaba bañando para cuando llegamos, comimos algo y nos fuimos Chuchín y yo al dormitorio. No estaban mis tios y ni mis demás primos. Mi prima y mi hermana se habían metido al cuarto de las niñas. De pronto entra Fernando a la recámara y nos dice que nos metamos a bañarnos por que iríamos a cenar todos, jugando nos aventaba contra la pared, él solo con la toalla a la cintura y el torso desnudo, se veía imponente pues él tiene una estatura muy alta. Nos metimos a bañar Chuchín y yo como siempre. La diferencia es que ahora no me enjabonó como era costumbre solo por la espalda, sino que me empezó a lavar mi pene y con normalidad le pregunté qué por que lo hacía, contestando "No tiene nada de malo, antes así nos bañabamos Fer y yo, pero como ya es grande ya no quiere". Pensé que era normal e hice lo mismo. No recuerdo que hubiera erección alguna, solo que me divertí como un niño.

Salímos de bañarnos, Chuchín con toalla a la cintura y yo cubierto con dos toallas por que siempre he sido friolento. Al entrar a la recámara estaba Fer dando la espalda a la puerta, empinado estaba empezando a subirse su ropa interior en forma de bikini, color azul aqua, por lo que alcancé a ver sus nalgas atléticas. Hasta ahí pensé que todo iba a seguir en tranquilidad cuando le dice Chuchín "Fer, Fer, enséñale tu pipi a mi primo". Sorprendido quedé enmedio de los dos sin saber que hacer. "Mejor enséñale la tuya" dijo Fer; inmediatamente me dice Chuchín "Mira primo está tan grande que se le sale a Fer" fue inevitable voltear a ver su pene y me sorprendió que ciertamente era tan grande que se le salía una parte por arriba del bikini. Casi petríficado, Chuchín se quita la toalla y empieza a mover sus caderas para sacudir su pequeño pene y diciéndome "Hazle tu". No sabía que hacer, fue cuando Chuchín le baja la parte frontal del bikini a Fer, dejando al descubierto su gran tamaño. En ese momento sale corriendo Chuchín para el baño y detrás de él, Fernando para darle un manotazo. Tiempo que aproveché para cambiarme lo más rápido posible, al mismo ritmo que mi corazón latía pensando que eso era malo.

Se cambiaron mis dos primos. Llegaron mis tios corriendo a bañarse ellos y el resto de mis primos. Nos fuimos a cenar todos. Todo como una cena familiar.

De regreso, mi tía acostó a Manolo que traía dormido en brazos desde el restaurant. Apagó la luz dejando prendida una lamparilla de dormir, con esa tenue iluminación se veían claramente nuestros cuerpos desnudándose -Chuchín, Fer y yo- nos acostamos en trusa como de costumbre, solo Fer en bikini. Ya postrados Chuchín y yo, nos quedamos viendo hacia arriba, viendo la parte baja de la litera superior donde estaba Fer. Empezamos a platicar, en voz baja, del universo, las estrellas, la luna...de todo y nada. De pronto oimos los ronquidos de Fer, nos causó risa pero la ahogamos casi inmediatamente. Luego Chuchín me dijo "Mira, ven primo" se paró de la cama viendo hacia arriba donde estaba Fer. Yo me levanté también y me quedé viendo a mi primo. Chuchín levantó la sábana que cubría el vientre plano de mi primo, señalándome su pene, que nuevamente se asomaba por la parte de arriba del bikini. Mi corazón empezó a palpitar más fuerte, Chuchín sube la otra mano y le baja el bikini liberando ese gran trozo de pene dormido, me espanté más, Chuchín toma el miembro de Fer entre sus manos, aumentaba mi espanto, Chuchín me dice "Agarralo primo", con la voz entrecortada le dije "No se vaya a despertar y se enoje". Me metí abajo de la litera. Me siguió mi primo Chuchín.

Acostados me dice "No me digas que te dio miedo", le dije que no desde luego aunque por dentro estaba que me deshacían los nervios de un no sé por qué. En eso Chuchín metió su mano entre mi truza, agarrando mi pene y lo empieza acariciar, luego me toma la mano y la mete en su truza, dejando mi mano sobre su pene, yo lo tomé sin hacer nada pues creía que no era correcto. Serían segundos los que pasaron pero con eso bastó para que al ronquido más fuerte de Fernando, cual relámpago que caía sobre una noche de tormenta, los dos brincaramos para lados opuestos para dormirnos.

Al día siguiente dejamos esa casa, ya nunca más vería igual a Chuchín y ni a Fernando. Con los años se fue incrementando esas diferencias, pero esa experiencia en el dormitorio de mis primos sin duda me marcaron para siempre.

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