domingo, 31 de octubre de 2010

En la regadera, mi primo...

LUNES, 1 DE NOVIEMBRE DE 2010.- Las festividades decembrinas de 1984 transcurrieron con toda normalidad, claro, en la casa de la Ciudad de México, con todos mis parientes y alcohol. Incluso todo era tan normal hasta el trato con mi primo Chuchín. Los mismos regalos, las mismas excusas, las fiestas, canciones, los mismos bailes. Todo era normal.

Para Semana Santa de 1985, vamos de regreso a la Ciudad de México. Ante esa noticia, mis primos hicieron lo que pudieron para estar con nosotros. Nos divertimos en grande como siempre.

Pero la diferencia la marcaron los últimos días. Nuevamente todo empezó en las regaderas.

Nos levantamos temprano mi primo y yo, nos adelantamos a las regaderas públicas pues ya conocíamos el camino. Pagamos el boleto para un cuarto privado, nos llevó el mismo señor que atendía en la caja y que ya nos conocía.

Ya una vez adentro del cuarto privado, por mi pudor no podía desvestirme delante de mi primo y le dije "metete tu primero", inmediatamente replicó "ya vas a empezar" llevando sus manos a mi cinto para desabrocharme. Asustado yo, dije "esta bien, pero los dos iguales". Nos desnudamos uno frente al otro, debo confesar que creo que me gustaba que me viera mi primo.

Nos metimos a la regadera. De pronto mi primo me empezó a tallar la espalda, después hice lo mismo, sentía más como parte de un juego infantil que cómo un acto de higiene. Luego otra vez mi primo me talló la espalda pero ya en la parte más baja, no pude evitar una erección infantil, sentí algo en mi pequeño pene, por lo que dije "Ya apurale, deja me enjuago y nos vamos". Mi primo se percató de la erección y me dijo con asombro en su rostro "muevelo"; yo no sabía que decir y ni que hacer, me petrifiqué. Fue cuando mi primo toma mi pene y empieza mover su mano, ahora sé que eso es una masturbación; le dije "¿Qué haces?" y el sonriendo me dijo viéndome a la cara "Así le hace mi hermano". Le quité la mano de un movimiento brusco, me enguajé y me salí lo más rápido que pude. Mi respiración estaba a mil por horas.

Me sequé en el cuarto de reposo, él tardó en salir de la regadera. Cuando lo hizo, yo ya estaba vestido y seguía muy asustado. Cuando se empezaba a vestir mi primo me preguntó "¿Tu no tienes revistas de viejas encueradas?" Le dije que no y que nunca había visto una "viaje encuerada". Él contestó "Yo si, mi hermano tiene unas revistas escondidas; él no sabe que yo sé donde las tiene. Están chidas". Total la plática quedó en que compraríamos una revista sin saber que eso significaría una misión titánica para dos niños.

Al día siguiente, recordamos mi primo y yo que afuera de la panadería de los españoles había un puesto de revistas que tenían de esas, la de las "viejas encueradas". Así que nos apuntamos muy serviciales para ir a comprar el pan. Hicimos el intento por comprar una revista de "viejas encueradas" y nada. Después, al otro día igual y nada. Para el tercer día terminamos comprando una de "Sensacional de Vaqueros", nada parecido con las revistas pornográficas. Con esa basto para tenernos tirados el último día viendo, reviendo y requeteviendo la dichosa revista...hasta qué, "primo, siento cosas ahí", con duda pregunté "¿Dónde?", me toma mi mano y me la pone en la parte de su pene -sobre la ropa- y empezó a frotárselo. Luego él hizo lo mismo con el mio. Quedé exhausto por el palpitar de mi corazón, al fondo se escuchó "Ya vamonos niño" era el momento de regresar a nuestras casas.

Se acabaron las vacaciones pero en la regadera con mi primo algo inicio...

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